viernes, 11 de diciembre de 2009

LAS ORDENES DE LOS ALCALDES.


Para poder cumplir con todo rigor su cometido, Don Diego envía órdenes a todos los Alcades para que vigilen el estado de conversión de las casas con la advertencia de que, si no lo hacen, serán responsables de su deterioro y tendrán que costear todas las reparaciones que fueran necesarias.Durante el año de 1592 realiza visitas diferentes localidades advirtiendo que en ninguna parte se llevan cuentas, ni hay escrituras de los repartos y mucho menos de los cambios posteriores al sorteo; a la vista de todo esto en Enero de 1593 manda un auto, a todos los ayuntamientos, en el que recuerda la obligación de tener un libro, encuadernado en pergamino, y con las hojas numeradas, en el cual hay que asentarlo todo minuciosamente.Todo ello habrá que hacerlo en presencia de un escribano que de fe. Este libro estará siempre en el ayuntamiento,guardando en una arca con dos llaves; una de ellas la tendrçe el alcalde y la otra el escribano.En los lugares donde no hubiese escribano la segunda llave estará en posesión del regidor.Toso esto se notificó al alcalde de Cájar, Diego de Olmedo, y el regidor, Diego Mogollón, que inmediatamente reunieron el concejo y llevaron a efecto todo lo ordenado.
En Septiembre de ese mismo año Don Diego visita Cájar, vuelve a hacer hincapié en la necesidad de mantener en buen estado las suertes y cumplir los autos anteriores, prohibe la venta de trozos de tierras y ordena la devolución, prohibe la venta de trozos de tierras y ordena la devolución de las vendidas.Rodrigo Alonso ha fallecido y su fallecido y su familia lleva ausente algún tiempos; en consecuencia sus tierras y casa estaban abandonadas; da un plazo de dos meses para que regrese; si no lo hacen serán desposeídos de todos sus bienes.Por último ordena hacer un inventario de todas las visones, decretos y otros recaudos referentes a la población, dándoles un plazo de seis días para enviárselo a Granada.
A pesar de la rigurosa vigilancia no todas las normativas se cumplen.Según orden del rey D.felipe ningún poblador tendrá más de dos suertes; el contador Arriola tiene tres; todos los pobladores han de se de fuera del reina; tanto Alonso Machuca como Diego de Olmedo no cumplen esa condición.Las tierras se siguen vendiendo y repartiendo y todo ello de forma legal, en presencia del escribano y con el consentimiento del Gabildo de Granada.

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