lunes, 16 de noviembre de 2009

Como se organizó el pueblo de Cájar.


" Tierras de labranza de la antigua Cájar
Con el reparto de suertes no culmina el proceso de la repoblación; ahora es necesaria una normativa que regule la vida de la comunidad; el 28 de Septiembre de dicho año se reunen los vecinos, en la Iglesia de Cájar, para hacer un poder a dos de ellos con el fin de que puedan transladarse a Granada y tratar, con los señores del Consejo de Hacienda de su Majestad, el censo que deben pagar de sus suertes de población y comprometerse a cumplí todas las ordenanzas relativas a las mismas.Son elegidos, ante el escribano para esa misión, Diego de Olmedo y Diego de Ledesma.Es curioso observa que entre los testigos de la votación se encuentran lo moriscos,Pablo Malah de Aguilar y Miguel El alxami, el primero apeador del lugar y residente en el: el segundo no figura como residente, sólo como presente.
Luego no todos se fueron con la expulsión.
Sin embargo la vida del pueblo sigue sin organizar; cada vecino se ocupa de sus tierras; pero nadie lo hace de los bienes de la comunidad; molino, horno, acequias, etc; para solucionar este problema se solicita del Consejo de S.M.La oportuna autorización para nombrar alcaldes y regidores, que puedan velar por el pueblo. El 21 de Febrero de 1580 se les concede la oportuna autorización para nombrar un alcalde y dos regidores.Para llevar a efecto dicha orden habrán que juntarse todos los vecinos a toque de campaña y votar entre ellos a quien consideren más adecuado.El Alcalde, además de dirigir el pueblo y cobrar el censo, tendrá facultad para hacer justicia en las causas civiles, hasta una cuantía de trecientos marjales;en los daños a panes y heredades tasará y obligará a pagar el daño hecho, y en causas criminales hará la información, prenderá y remitirá al criminal de la ciudad de Granada.
Una vez constituido el consejo se estudian los problemas más urgentes con objeto de trasmitirlos a Granada y solicitar la oportuna autorización para ponerles remedio. La primera solicitud se refiere a la siembra de viñas, olivares, morales y otros frutales en la parte alta del término; en los pagos de la Maxaraca, Bohaira, yaxar y el Genital, aducen para ello que siempre estuvieron sembrados, pero debido al levantamiento se taló todo, y sin volver a reponerlo será imposible conseguir el dinero necesario para abonar el censo.
Después de hacer las investigaciones pertinentes, el Cabildo de Granada concede lo solicita poder cambiar las eras de lugar .según los vecinos éstas se encuentran en un lugar retirado y donde no hace viento; esto da lugar a que muchos años llegue la época de las lluvias sin haber podido aventar, lo cual va en detrimento de toda la comunidad; uno de los vecinos, Miguel Pérez, está dispuesto a cambiarlas por unas tierras de su propiedad que reunen mejores condiciones para este fin .Se accede a la solicitarlo, pero sin embargo , estos pormenores nos hacen ver el tremendo control y la poca autonomía de que gozaban los lugares repoblados y la estrecha vigilancia a la que estaban sometidos.
Los problemas encontrados por los pobladores, al establece en los distintos lugares, debieron ser muy superiores a lo que ellos mismos se podían imaginar.Las tierras ocupadas también sufrieron las consecuencias del cambio de población.Hay que tener en cuenta que los moriscos realizaban una agricultura de primor, totalmente de regadío de la que se puede vivir gracias a los cultivos intensivos.La mayoría de los nuevos pobladores proceden de tierras de secano, carecen de los conocimientos necesarios para continuar con el complejo sistema de captación y reparto de aguas y cultivos.tampoco parecen tener gran interés en aprenderlos; prefieren cultivar las tierras al estilo de Castilla y a costa de los árboles.
Para velar por el aprovechamiento de las tierras y la correcta consevación tanto de las acequias como de las casas, molinos, hornos o cualquier bien de la comunidad, se nombran caballeros que visiten los distintos lugares y velen por el riguroso cumplimiento de las condiciones requeridas, por el Consejo de Hacienda y Población de Granada, según la escritura de censo perpetuo.A Cájar le correspondió como visitador Don Diego Hurtado de Mendoza.


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