RELACIÓN DE POBLADORES " CÁJAR "

" Foto de labranza "

A continuación de la relación de pobladores y las suertes que poseen, hay en esa fecha 21 vecinos
con suertes, con lo que demuestran al final que la población ha ido en aumento.
Todos los nuevos pobladores tendrán la obligación de mantener sus casas en buen estado de conversación, las tierras cultivadas y las acequias limpias.Estos pobladores en 24 años no pueden traspasar sus suertes; solamente se las podrían vender a poblador útil, casado y fuera del reino.
Tienen que pagar, de impuestos, al año 206.250 maravedís en dos plazos, para todos los Santos y San Juan, que es la época de las recolecciones.Las condiciones son muy duras.Si no lo pagan se mandará un ejecutor, a su costa, con una paga de quinientos maravedís diarios y se les embargarán sus bienes.
La imposibilidad de los alcaldes y regidores para poder hacer, en su totalidad estas recaudaciones, crean graves problemas como se verá más adelante.
Si bien no había religiosos ni personas prohibidas, según el auto de 1926, que tuviesen suertes, parece que con el paso del tiempo no hubo problema en que entidades religiosas, patronales y otros cargos tuvieran derecho a la posesión y disfrute de las tierras.
Unos por herencia, otros compra y otros por fundaciones se fueron haciendo con parte de os terrenos en los distintos lugares.
Según los libros de cobranzas del censo, correspondientes a las primera mitad del siglo XVIII,que e encuentran en el archivo del Ayuntamiento de Cájar, constan como contribuyentes:las Carmelitas Descalzas;las Carmelitas Calzadas como herederas de Dª Rosa Vivero; el convento de las Capuchinas, fundación de D. Carlos Benavides, hacendado de Cájar; el Hospital de Refugio; Redención de Cautivos; otros cinco conventos de Granada;el de Dª Mariana Llorente, de D. Francisco Márquez Gallegos y D.Antonio de Molina quien puso de patrono-administrador a D.Juan Pedro de Arroio, presbitero beneficiario de la Iglesia de San José.Entre los particulares ilustres que poseen tierras se encuentra el marqués de Lugros y dos familiares del Santo oficio de la Inquisición. A lo largo de todo el siglo se mantienen, e incluso aumentan, estas posesiones que volvieron a pasar a manos de particulares con la desamortización de Mendizábal.
Aquí dejó este testimonio más o menos como fue la distribución de la tierras de Cájar, sus primero habitantes , que las trabajaron y sacaron el producto de aquella agricultura, de aquellos años.